viernes, 30 de noviembre de 2012

Encuentros I

"Mito de los Andróginos".
Según este mito, en el comienzo, el  mundo estaba habitado por seres circulares llamados Andróginos, formados cada uno de ellos por dos de lo que somos ahora. Es decir que había andróginos compuestos por dos hombres, otros por dos mujeres y un tercer grupo formado por un hombre y una mujer. Eran seres eternos y completos que, por eso, no necesitaban reproducirse y desconocían la muerte.
Esta condición de inmortalidad y completud los embriagó de tanta soberbia, hasta el puntos tal de que se animaron a comprarse con los dioses. Éstos, enojados y a modo de represalia, los partieron al medio dividiendo a cada uno en dos mitades que mezclaron y esparcieron por el mundo. En ese mismo acto, también les fue arrebatada la vida eterna que nos dice Aristófanes que, a partir de entonces, todos vamos por la vida deseando encontrar esa otra mitad para unirnos con ella y ser nuevamente seres completos e inmortales.
Así, los andróginos compuestos por dos hombres dieron origen a la homosexualidad masculina, los compuestos por dos mujeres la homosexualidad femenina y los compuestos por un hombre y una mujer la heterosexualidad.
Como vemos este mito deja sobrevolando dos cuestiones importantes. La primera, la unión existente entre la sexualidad y la muerte y la segunda, la idea de que es posible encontrar otra mitad que nos complete.
Desde ya, les adelanto que este no es más que un sueño romántico, un anhelo inalcanzable ya que -y aquí nos metemos de lleno en una idea psicoanalítica-, la completud no existe. Nadie puede tenerlo todo, y vivir implica aceptar que todo tiene un costo y que en cada logro hay una pérdida.
La sensación de completud que genera el amor, y esto lo sabemos porque mal que mal todos nos hemos enamorado alguna vez, es sólo un engaño que dura apenas un rato, si tenemos mucha suerte.
Como dice Dolina, "amar es inventarse cada día falsedades compartidas". O podríamos ser un poco menos poéticos y más psiconaliticos y decir, junto a Lacan, que "amar es dar lo que no se tiene a quién no lo es".
Y es que, debo ser sincero: creo que en estos tiempos el amor tiene demasiada buena prensa y parece flotar en el aire la idea de que es siempre algo maravilloso; les aseguro que no es así, que no todos los amores son necesariamente buenos y que, en ningún caso, nos proporciona la completud anhelada.
Sin embargo, lejos de lo que pudiera parecer, no es ésta una postura cínica del amor, por el contrario, considero que el amor es uno de los motores más importantes de la vida. Y, para no caer en confusiones, digamos que sostener que la sensación de completud que el amor genera es engañosa, no implica afirmar que el amor no pueda ser un sentimiento verdadero.
(...) Es impactante ver cómo la fuerza de la poesía puede embellecer tanto una idea que, no lo neguemos, suena bastante desalentadora, ésta de que el amor genera sensaciones engañosas y de que la completud no existe.



sábado, 17 de noviembre de 2012

Sabes mi nombre, más no mi historia, has oído lo que he hecho pero no lo que he pasado, sabes donde estoy, pero no de donde vengo, me ves riendo, más no sabes lo que yo he sufrido, deja de juzgarme pues saber mi nombre, no implica conocerme. . . Grandes amigos pueden volverse grandes desconocidos. Que grandes desconocidos pueden volverse mejores amigos. Que nunca acabamos de conocer a una persona. Que el "nunca más", se cumple, y el "para siempre", acaba.
Te quiero volver a ver llegar, pero no para volver a irme con vos.
Sino porque valgo la pena como para regresar.

Usame un poquito más.


Voy tratando de hacerte amarme,
y todo lo que hago no deja de alejarme.
No me quieres más, por eso sos cruel,
no importa lo que hagas
yo siempre seré fiel.
Si ya no me quieres -por siempre-,
no me necesitas -por siempre-,
si ya no me quieres
úsame un poquito más.

Voy a perderte de cualquier manera,
ya no me importa nada más en esta espera
No me quieres más, por eso sos cruel,
no importa lo que hagas
yo siempre seré fiel.
Si ya no me quieres -por siempre-,
no me necesitas -por siempre-,
si ya no me quieres -por siempre-
úsame un poquito más,
un poquito más.

Voy tratando de hacerte amarme,
y todo lo que hago no deja de alejarme.
Si ya no me quieres -por siempre-,
no me necesitas -por siempre-,
úsame un poquito más.